Uno de los mayores objetivos que persigo es que las personas estén en el centro de todos los procesos, que salgan mejor de lo que entraron y, que reconozcan su valor como tal.

Soy malagueña y vengo de una familia de boticarios entregados, en la que siempre me han enseñado el valor que tiene el cuidado del enfermo y la prevención de la enfermedad. Por eso decidí estudiar la carrera de farmacia: para poder ayudar a los demás.

Por aquel entonces, ya tenía en mente estudiar la carrera de Nutrición y Dietética una vez finalizados los estudios de Farmacia puesto que la buena alimentación, la cocina y el abordaje de los desórdenes alimentarios me han parecido siempre esenciales para el buen cuidado diario de las personas.

Estudie el Grado en Farmacia en la UCM (2013-2018). Durante los cinco años de carrera, la materia que se impartía sobre la nutrición se me quedó corta: necesitaba saber más, ir más allá. Me parecía que se dejaba de lado a la persona y me preocupaba que pareciera a veces que las personas respondemos a números, enzimas y cálculos, dejando a un lado al verdadero protagonista: el ser humano.

Eso me hizo reflexionar y por ello en 2017 empecé un máster en bioética por la Fundación Jerome Lejeune para aprender a tratar a los pacientes de la mejor manera posible.

Y, como soy una persona inquieta, en 2018 también hice el título universitario en Ortopedia.

Una vez acabada farmacia me fui a Honduras a montar una farmacia. Pero siendo honestos, lo que más me gustaba era ir a dar charlas a la escuela para que los niños y madres aprendiesen a alimentarse bien con los escasos recursos que allí tienen, pues gran parte de los problemas que había eran evitables con recursos que sí tenían.

De ahí que, al volver a España y estando trabajando ya en oficina de Farmacia, no me lo pensé más y me dije: «Paloma, farmacia y nutrición te gustan, así que debes estudiar nutrición para ayudar «más y mejor» a las personas«.

Me embarqué en el Grado en Nutrición Humana y Dietética en la Universidad San Pablo Ceu en Madrid.

Cada vez leía más sobre temas relacionados y me gustaba más.

En un momento dado de la carrera, sufrí un golpe fuerte y necesité ayuda: necesitaba aprender a gestionar mis emociones, por lo que yo misma me sometí a un proceso de coaching. Sorprendida de los resultados decidí que tenía que adaptar esas herramientas tan poderosas de alguna forma en mi consulta: escogí la asignatura de coaching nutricional, algo para mí desconocido hasta entonces. Desde ese momento, he hecho varios cursos en este campo.

Al terminar el Grado en Nutrición Humana y Dietética, dejé mi trabajo temporalmente para cursar las prácticas tuteladas ya que, a pesar de haberlas podido convalidar, decidí ir a la Clínica MD Anderson Cancer Center y la policlínica San Pablo Ceu.

Sencillamente fue de las mejores decisiones que tomé: cada vez me gustaban más los problemas alimentarios y ver la sorprendente mejoría que experimentaban los pacientes uniendo todo aquello que yo había estudiado durante años: los fármacos y su farmacología, la nutrición y el trato personal con el paciente, todo aunado en uno.

Comencé este proyecto, esta maravillosa aventura, con la consulta presencial y posteriormente con las consultas telemáticas.

Pero aún faltaba alguna pieza a este «puzzle». Fue cuando descubrí que había una modalidad muy novedosa: la Psico-neuro-inmuno-endocrinología (PNIE).

Esta modalidad integra la visión de «compartimentos estancos» que se han hecho hasta ahora en temas de salud, en la visión de la persona en su conjunto y me di cuenta de que esto podía dar respuesta a muchos síntomas que los pacientes sufren, que están relacionados y que tradicionalmente no se habían relacionado.

Así que por supuesto hice el máster en PNIE (Psico-neuro- inmuno-endocrinología) (2021-2023) que a día de hoy puedo decir me ha hecho comprender otra parte de ese puzzle apasionante y es una herramienta para poder ayudar mejor desde una visión 360 º.

Por no quedarme quieta, ahora he abierto la Clínica Albatros «pegada» a la Farmacia Albatros: para poder seguir ejerciendo mis dos profesiones con mucho gusto y gozar de un mayor espacio independiente para poder atender mejor y mis próximos proyectos ya se están gestando.

Soy gran seguidora de la madre Santa Teresa de Calcuta y ella decía: “Da siempre lo mejor de ti y lo mejor vendrá a ti…”.

Esto es precisamente lo que pretendo: darte lo mejor de mí, para que mi recompensa sea tu mejora.