Buscar estrategias, adaptaciones a especificas para ti, porque en un tiempo yo desapareceré y TÚ asumirás tu salud. 

Seamos sinceros: hacer cambios y más en alimentación es complicado y requiere trabajo. No me gusta vender humo y, en todo cambio nutricional -igual que en la vida-, hay baches en el camino. Esto ya sabemos que va a pasar pero ¿cómo vamos a actuar? ¿Qué señales me han llevado a dónde estoy?.

Si realmente queremos algo que dure, no podemos pensar en la dieta como hemos hecho hasta ahora como un castigo, como algo temporal.

Me preocupa tremendamente que mis pacientes APRENDAN pero yo no impongo nada, tras unos malos hábitos alimentarios siempre suelen haber emociones que se sientan a la mesa, en la compra, en el bar a diario.

Si a esto sumamos que muchas veces me llegan pacientes que saben poco de su patología, es difícil que entiendan la importancia de su cuidado. Es decir: el objetivo es mantener a lo largo de tu vida todo el trabajo que hemos hecho juntos.

Siempre digo que esto es una inversión para mi y para vosotros: yo invierto esfuerzo, estudio y horas que muchas veces no se ven; y en vuestro caso, es igual. Y las inversiones queremos siempre que salgan bien, lo que significa que «más vale ir lento pero seguro«.

Mientras estudiaba la carrera de Nutrición y dietética humana, me sometí yo misma a un proceso de coaching personal y, coincidencias de la vida, a la par cursé la asignatura de coaching nutricional. Fue entonces cuando me di cuenta de que, usando esta herramienta tan poderosa, podía ayudar mucho más a la gente que quedándome en el consejo experto. Por eso la metodología del coaching nutricional la aplico en mayor o menor medida en TODOS los procesos, ya que consiste en sacar todo nuestro potencial y usarlo a nuestro favor.